El lunes 30 de agosto tuvimos en nuestro live de la Fundación Vivir más Feliz al psicólogo Rodrigo Quiroga, quien trabaja hace cuatro años, junto a Steffi Fleddermann, en el grupo de musicoterapeutas que acompañan a los niños de TROI Santiago, el Centro Oncológico Integral del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna.
Nuestra conductora, la periodista Paula Chávez, le dio la bienvenida.
“Steffi es la bisagra de todo esto, ella es la que me llevó a TROI. Partió con este programa muy a pulso”, dijo Rodrigo para comenzar.
“Hice una vuelta bien particular, porque partí estudiando música, teoría de la música. Después entré en Chile a Musicoterapia y me fui a estudiar afuera, porque me encantó. Ya estaba haciendo un giro hacia la salud y me fui hacia la psicología. Trabajé con pacientes con necesidades especiales, con niños con Trastorno de Espectro Autista, niños en contexto hospitalario, adultos en contexto psiquiátrico, etc”.
Rodrigo es Magíster en Musicoterapia de la Universidad de Melbourne, Australia. Licenciado en Teoría de la Música de la U. de Chile y postitulado en Musicoterapia de la misma universidad, donde es también docente. Ha trabajado en hospitales tanto en Chile como en Australia.
Él llegó a TROI para trabajar con niños del área oncológica y en TMO, con los niños con Trasplante de Médula Ósea.
“Estuve en el lugar correcto en el momento correcto. Comenzamos con Steffi a hacer sesiones de Estimulación Temprana y ahí empezamos a ser dupla. Hacemos muy buen equipo y eso es muy necesario para trabajar juntos”.
¿En qué consiste la musicoterapia?
“Hay mucho desconocimiento al respecto. Siempre nos gusta decir que es una formación universitaria. No es un curso ni algo que se pueda hacer de manera espontánea, porque hay un standard de rigurosidad. Suena alternativo, pero es súper formal. Lo que hace la musicoterapia es usar todas las herramientas que te da la música. Nosotros invitamos a los niños a hacer música, a tocar instrumentos, escuchar, bailar, cantar, entrar en una experiencia musical para conseguir un objetivo terapéutico. Es muy interactivo. Con el fin, por ejemplo, que el niño reduzca la ansiedad, que exprese lo que tiene en su mundo interno, estimulamos su sentido, emociones y trabajamos en el TROI también con el manejo del dolor”.
Evitan todos los instrumentos de viento por cuidados sanitarios con los niños, pero utilizan otros como tambores, cascabeles, metalófonos, platillos, etc.
“La gracia de esa variedad es que para favorecer la expresión emocional hay ciertos instrumentos más adecuados. Si un niño tiene rabia y se le nota, no le vamos a pasar una maraquita o un triángulo, le pasamos un bombo”.
“Nosotros los acompañamos cantando siempre. A veces antes de que los pinchen, junto a las enfermeras, y después para que se calmen”.
“Como no estamos vestidos de doctores y andamos siempre con la guitarra, nos miran con menos miedo. A veces si están un poco asustados entramos cantando más suavecito, o nos acercamos a la mamá primero. Y a veces nos ven, se lanzan y quieren tomarlo todo. Cada niño es un mundo”.
“Tenemos una herramienta privilegiada para resonar con las emociones y los estados anímicos de las personas. Podemos ir midiendo y hacer una música acorde al clima del momento. Muchas veces no necesitamos ni hablar”.
“Es importante siempre dejarles espacios también para la pena, para permitirles que salga. Siempre tratamos de que los niños no sientan que pueden estar tristes o enojados, porque esta es una enfermedad difícil”.
En tiempos de pandemia, trabajan vía online.
“Ha sido un desafío titánico, porque lo que más nos cuesta de este formato es que la comunicación no es sincrónica, lo que hablamos llega con un pequeño retraso así que juntos no podemos tocar, pero lo aceptamos y lo arreglamos de otra manera. Y los niños trabajan con lo que tienen en casa”.
Las teleterapias les han traído varios beneficios, eso sí:
“Cuando íbamos al TROI acompañábamos al niño que estuviera ahí. Ahora podemos agendar sesiones y una continuidad que antes no teníamos. Lo otro es que como están en su casa y no hay nada como ese espacio, están mucho más tranquilos. Y, además, hemos podido trabajar con muchos niños de regiones”.
Ahora mismo están agendando sesiones también con los niños de Temuco, donde se va a construir el nuevo TROI Araucanía.
Steffi Fleddermann, nacida en Alemania, es musicoterapeuta y Psicóloga de la Universidad de Chile.
“Aún cuando la música y sus bemoles siempre han sido parte de mi ser, fue en las clases de canto a comienzos de los’90 que descubrí el inmenso potencial que tienen los sonidos para conectar(me) con las emociones. Busqué integrar sonido y terapia comenzando en el postítulo de la Facultad de Artes de la U. de Chile y he continuado mi formación en un loop experiencia propia/sabiduría de otros. Participé en el curso de formación en musicoterapia focal obstétrica con el musicoterapeuta Lic. Gabriel Federico, Buenos Aires, en noviembre de 2012 y en los talleres de formación en estimulación musical temprana y filosofía Suzuki, en Lima, Perú en enero de 2013”
Más información en:
Aquí el live:
https://www.instagram.com/tv/CTN6u6WnvET/
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